Hola, apasionados de la lectura ^~^
Se lo que escribí, pero la vagancia y las ganas de hacer otras cosas me vencen y acabo haciendo otras cosas, pero como este blog lo hice para subir cosas que me gustan, no como una obligación, aquí estoy de nuevo. No pienso abandonarlo, es algo que me gusta hacer de vez en cuando, así que no os preocupes que aunque suba poco seguire subiendo. Os dejo con este libro que me mandaron en la universidad, que al contrario que Campo rojo, me ha gustado.
Título: Lo que a nadie le importa
Autor: Sergio del Molino
Editorial: Random House
Género: Realismo, histórica, social, educación y familiar
Páginas: 256 pág
Sinopsis:
Sergio del Molino reconstruye la historia de su abuelo, un hombre lleno de silencios que luchó en el bando nacional y vivió como dependiente de El Corte Inglés, en la España del s. XX.
«Calla, que de ti no quiero ni que me cierres los ojos.»
Con esta sentencia disparada contra su mujer, el octogenario José Molina rompe en su lecho de muerte un silencio al que se ha aferrado durante décadas. Esta frase se instala en la mente de su nieto de diecisiete años, que por primera vez intuye que detrás de ese abuelo adusto, seco y bronco se esconde un pasado de cicatrices y miedos. Años más tarde, el nieto adulto intentará encontrar las palabras que nunca se dijeron y descubrir de qué están hechos sus propios silencios.
José Molina creció en los años veinte rodeado de telas y mujeres en un antiguo comercio textil. Su juventud se quebró por la guerra y por una familia hecha de susurros, supersticiones y maldiciones femeninas. Se pasó la vida luchando, primero como recluta del bando nacional y luego como dependiente en una tienda llamada El Corte Inglés, a la que vio transformarse en un imperio, en el Madrid de Celia Gámez. Lejos de ser un héroe, acabó por convertirse en uno de tantos supervivientes.
Sergio del Molino ha escrito una novela íntima y familiar en la que la memoria y el presente se mezclan en una crónica de España, un país lleno de silencios donde nadie dice nunca nada porque parece que todo está ya dicho.
Reseña:
Lo
que a nadie le importa escrito por Sergio del Molino se trata de una
novela histórica, social y educacional (aprendizaje) o, incluso, una novela
familiar.
Algo que podemos tener claro es que Sergio del Molino apuesta por una
literatura narrativa ficcional, no solo con esta obra sino también con la mayor
obra conocida de él: La hora violeta es definida como «una literatura narrativa no ficcional», pero como él propio autor dijo: «En el momento en el que
pasas un recuerdo a forma narrativa se convierte en ficción». No va a ser lo
mismo faltará algo, lo cambiará; es una reconstrucción de un momento a su
manera; una reconstrucción de los recuerdos del cerebro. Es una visión de los
hechos. Por lo tanto, nunca un suceso será verdad. La hora de Violeta trata sobre la experiencia personal que paso con
su hijo, que murió de leucemia, sin modificar ningún nombre o
circunstancia. Lo que a nadie le importa se localiza en el mismo plano, aunque
esta última llega a un alcance de los hechos narrativos más extenso, por lo que
necesita una mayor complejidad. Sergio continua con la literatura testimonial
con estas dos últimas obras, pero en esta, se trata de una novela más irónica,
juguetona e imaginativa; juega con ese silencio que su abuelo trasmite. Él se
acerca más a la novela social española en la que sabe cotejar su prosa poética
entre la alta literatura y el folclore.
Esta historia puedes
centrarte en varios puntos de vista, ya que puedes leerla como una simple
historia en la que cuenta como un nieto habla de su abuelo; un discreto y
temeroso hombre que al jubilarse se retira al pueblo del que nunca se sintió
parte y se mimetiza con él o puedes leerla como una representación de esa
España silenciosa; esa sociedad española durante gran parte del siglo XX en la
que se muestra ese silencio, la injusticia o la soledad.
El escritor recoge
pequeños acontecimientos de la vida de su abuelo José Molina y como contribuye
en su familia. Sergio por encima de todo posee un
recuerdo de la vida de su abuelo que hizo detonar toda esta novela y como él
mismo cree fue la frase que le propulso a comenzar con la escritura. A partir
de ese momento, decidió reconstruir la historia de su abuelo, tratando de
analizar desde que entró a formar parte de la Guerra Civil hasta su muerte. Esa
frase es la columna en torno a la confusa figura de su abuelo, acabando convirtiéndose
en una preciosa reflexión sobre los tachones de la memoria familiar. Él nos va
contando sus investigaciones y sus recuerdos mientras él mismo se cuenta a sí
mismo. La frase culmine es: «calla, que de ti no quiero ni que me cierres los
ojos».
Alejándonos de ese
argumento podemos destacar el título, al que se alude en el propio libre unas
dos veces, Lo que a nadie le importa
es el título idóneo, se trata de una historia que no le interesa ni a su propia
familia, solo hasta ese momento de su vida comenzó a interesarse por ella. Esta
historia comienza con fuerza y conforme se va adentrando en la historia va
perdiéndose en sus recuerdos, comienza hablando de ellos y luego los explica,
va reconstruyendo ciertos puntos de la vida de su abuelo; recorremos junto con
el protagonista y su narrador el barrio de Zaragoza de El Gancho a la batalla
del Ebro, a la madrileña Cuesta de Embajadores, pasando por la segunda plata de
El Corte Inglés, la Sierra de Madrid y el un pueblecito de Aragón: Bubierca,
dejando un sentimiento de pesadez y a la vez demostrando la capacidad que tiene
de embellecer el texto, con adjetivos que dan en el clavo, paralelismos, reflexiones
grandilocuentes del narrador.
El narrador intenta ser
un mero espectador en la historia, captando esas palabras y sonidos familiares,
haciendo los personajes más verosímiles. Hasta el punto en que parece que no es
su familia y que solo quiere trasmitir aquella indiferencia y distante como las
muñecas de ojos abiertos que coleccionaba su abuela en el salón de su casa. Sin
embargo, de vez en cuando introduce pequeños saltos de su infancia cargada de
los silencios y fotografías de su abuelo y las palabras sin control de su
abuela, su juventud disparatada en la Universidad, la búsqueda de un pasado en una
residencia de ancianos francesa… Sergio del Molino emplea un tono
fantásticamente poético para narrar la historia de su abuelo y, en cierta
manera, la de él mismo. Con una línea temporal, que, aun siendo clara, está
llena de digresiones para contraponer la historia de José Molina con la del
propio narrador que está en busca de su propia identidad como escritor. El
libro va de hablar de lo que surge, porque eso es la vida.
Sergio nos muestra un
retrato en el que no trata de justificar los actos de ninguno para divinizar su
actos y decisiones, sino que trata de buscar respuestas a los enigmas que su
propia vida le ha planteado, trata de descubrir los pensamientos de ese
silencioso anciano que se reía de sus padres por intentar vivir, al contrario
que el que vivía en su rutina, sin cambios; pacíficamente sin mezclar las cosas
con sus pasiones separadas incluso de su propia familia. Este libro intenta que
seamos cómplices en la reconstrucción de un personaje que difícilmente podría
formar parte de la historia, siendo como fue un soldado temeroso e inseguro, un
hombre formado de silencios y sin ambiciones, capaz de ser infiel a su esposa
con un paisaje. Sergio con su toque narrativo le confiere una particular voz
que hace que disfrutemos de un retrato familiar adusto; ese árbol genealógico
lleno de ramas secas salido de fantasía y mística rural, de ese realismo mágico que permite envolver la
desgracia en papel de regalo.
Frases:
«Yo tengo que convertir el presente de indicativo de mis abuelos en pretérito perfecto simple, y en la operación estoy obligando a inventármelo todo, porque el presente de indicativo no deja rastros. No recreo una época, sino que la creo desde la nada. Estas supuestas memorias familiares son lo más fabuloso y ficticio que he escrito nunca. La realidad que las ampara sólo existió mientras fue enunciada y se murió al mismo tiempo que nacía. Estas páginas son ficciones sin registro fósiles.»
«Sobreviven los aptos y perecen los enamorados»
«calla, que de ti no quiero ni que me cierres los ojos»
«Enferma de él, de sus noches y sus agonías»
«El anciano que seremos está ya impreso en el joven que fuimos»
«Bubierca lleva abandonado desde el epigrama cuarenta y nueve del libro primero de Marco Aurelio Marcial. Por eso su destino es la extinción, la absorción sin huellas ni restos por el cerro que lo resume. Podrá seguir despoblándose, pero ya no podrá ser abandonado, porque el abandono sucedió hace muchos siglos. Lo que queda, lo que yo he vivido y lo que mi abuelo se empeñó en vivir es antihistoria que a nadie le importa, una mancha de tinta en la crónica de los grandes reyes.»
«Yo tengo que convertir el presente de indicativo de mis abuelos en pretérito perfecto simple, y en la operación estoy obligando a inventármelo todo, porque el presente de indicativo no deja rastros. No recreo una época, sino que la creo desde la nada. Estas supuestas memorias familiares son lo más fabuloso y ficticio que he escrito nunca. La realidad que las ampara sólo existió mientras fue enunciada y se murió al mismo tiempo que nacía. Estas páginas son ficciones sin registro fósiles.»
«Sobreviven los aptos y perecen los enamorados»
«calla, que de ti no quiero ni que me cierres los ojos»
«Enferma de él, de sus noches y sus agonías»
«El anciano que seremos está ya impreso en el joven que fuimos»
«Bubierca lleva abandonado desde el epigrama cuarenta y nueve del libro primero de Marco Aurelio Marcial. Por eso su destino es la extinción, la absorción sin huellas ni restos por el cerro que lo resume. Podrá seguir despoblándose, pero ya no podrá ser abandonado, porque el abandono sucedió hace muchos siglos. Lo que queda, lo que yo he vivido y lo que mi abuelo se empeñó en vivir es antihistoria que a nadie le importa, una mancha de tinta en la crónica de los grandes reyes.»
Espero que os haya gustado la reseña, contarme en los comentarios que pensáis vosotros acerca de este libro, y si lo habéis leído o no.
¡Gracias por leerme!
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